
Alli aparecieron ellos con osos bailarines, perros y cabras, monos y marmotas, corrían sobre el alambre, daban volteretas hacia delante y hacia atrás, lanzaban espadas y cuchillos y se arrojaban sobre sus puntas y filos sin herirse, tragaban fuego y trituraban piedras con los dientes, practicaban juegos de prestidigitación bajo abrigos y sombreros, con vasos mágicos y cadenas, obligaban a los títeres a batirse entre sí, trinaban como el ruiseñor, chillaban como el pavoreal, silvaban como el corzo, luchaban y bailaban al son de la flauta.
-Wilhelm Hertz, El libro del juglar.
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